Luego de la Semana Santa tenemos la gran oportunidad de
seguir reflexionando acerca de todo lo que significó la muerte, sufrimiento y
resurrección de Jesucristo. La Biblia
nos explica lo que sucedió luego que el
resucitara. Pensemos en los discípulos,
sus seguidores. Quedaron muy confundidos.
Solo Juan llegó hasta la cruz, aparte de María la madre de Jesús, María
Magdalena y otras mujeres. Algunos discípulos se encerraron en sus casas en
medio de su tristeza y confusión. Otros
se fueron a hacer lo que hacían antes, a pescar por ejemplo. No obstante, según fueron pasando los días y
el dolor y la confusión iban disminuyendo entonces empezaron a ver con claridad
la realidad. Jesús había vuelto a la
vida; era cierto, la tumba realmente estaba vacía. Y por el testimonio de las mujeres todos
comenzaron a recordar lo que Jesús les había dicho antes de morir cuando
hablaba con ellos. “Me van a matar pero al tercer día me voy a levantar de los
muertos”. Entonces la fe comenzó a
fortalecerse. Comenzaron a hacer sentido
las palabras y las experiencias; las enseñanzas del maestro eran respaldadas
una vez más por los hechos. ¡Ahora todo estaba claro! Jesús era el salvador.
Jesús nos dejó dicho en su palabra que volvería algún día
para establecer su reino por siempre. Hoy pudiéramos estar confundidos cuando
vemos la realidad que nos rodea. Vivimos
en un mundo que cada vez se aleja más de Dios y que cada vez cree menos en las
cosas buenas. Pero un día… sucederá; así como se levantó de la tumba y se fue
al cielo así mismo volverá del cielo a la tierra. ¡Entonces recordaremos todo lo dicho en la Biblia
y lo disfrutaremos!
Miriam E. Figueroa Pastora
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