El domingo pasado un joven de la iglesia nos inspiraba con un cántico dedicado a unos hermanos en la Iglesia. El cántico afirma lo que la
Iglesia ha creído por más de 16 siglos.
En el Concilio de Nicea en el año 325 la iglesia dirigida por el
Espíritu de Dios levantó su voz para defender sus posturas frente a otras
corrientes teológicas que no querían aceptar que Jesús era Dios mismo. Hoy muchos se levantan para decirnos que
saquemos a Dios de sus vidas y nosotros decimos a eso “que cada cual escoge
pero que tampoco ellos pueden imponernos su libertinaje”. Dios cuida, guía y
defiende su iglesia. Nosotros somos sus
instrumentos. Aquí el Credo Niceno:
Creo en un solo Dios Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y de todas las cosas visibles e
invisibles;
Y en un solo Señor
Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios, Engendrado del Padre antes
de todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, verdadero Dios de Dios
verdadero, Engendrado, no hecho, consubstancial con el Padre;
Por el cual todas las cosas fueron hechas,
El cual por amor a nosotros y por nuestra salud descendió del cielo,
Y tomando nuestra carne de la virgen María, por el Espíritu Santo, fue hecho hombre,
Y fue crucificado por nosotros bajo el poder de Poncio Pilatos,
Padeció, y fue sepultado; Y al tercer día resucitó según las Escrituras,
Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Y vendrá otra vez con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos;
Por el cual todas las cosas fueron hechas,
El cual por amor a nosotros y por nuestra salud descendió del cielo,
Y tomando nuestra carne de la virgen María, por el Espíritu Santo, fue hecho hombre,
Y fue crucificado por nosotros bajo el poder de Poncio Pilatos,
Padeció, y fue sepultado; Y al tercer día resucitó según las Escrituras,
Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre.
Y vendrá otra vez con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos;
Y creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de vida, procedente del Padre y del Hijo,
El cual con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado; Que habló por los profetas…Y espero la resurrección de los muertos, y la vida del siglo venidero. Amén.
El cual con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado; Que habló por los profetas…Y espero la resurrección de los muertos, y la vida del siglo venidero. Amén.
Miriam E. Figueroa