Dios
nos prueba porque quiere obtener lo
mejor de nosotros, pero un error muy común es confundir las pruebas de Dios con
el maltrato humano. Entiende esto, Dios no le dice a nadie: “Anda, lastímalo,
humíllalo, golpéalo y abúsalo, porque quiero ver qué hace y cómo reacciona”.
¡No! Dios no es sádico, ni violento ni agresivo. Dios no se deleita con el
dolor y el sufrimiento. Dios no nos
prueba con destrucción, muerte y violencia, ni con abusos sexuales. ¡Estas no
son pruebas de Dios! Dios no es perverso. Dios no se quita el coraje con
nosotros. No permitas que Satanás te
engañe y que enseñanzas ignorantes te hagan ver a Dios como alguien violento y
agresivo. Dios es Padre. Ama, consuela, protege, bendice, soporta nuestras
torpezas, ¡y jamás nos maltrata!
Dios
nos prueba de otras maneras. Por ejemplo, nos da una palabra para corregirnos.
Una palabra fuerte, una palabra de reflexión para que cambiemos de rumbo. Nos
habla duro pero con amor, no para “retarnos” sino para que cambiemos nuestra
manera de vivir. Nos deja sin poder
espiritual. Cuando nos ponemos testarudos o rebeldes, Dios nos dice: “Está
bien, sigue adelante, pero vas sin mi poder”. Nos estancamos, no avanzamos,
hasta volver a Dios. También Dios usa las consecuencias de nuestras decisiones.
Dios nos advierte: “Si haces esto te va a pasar esto otro”.
La Biblia está
llena de ejemplos con respecto a esto (Sal.1:1-3, Mt.6:14-15). Pero cuando
obedecemos la Palabra nos alejamos del fracaso y maduramos. Usa las circunstancias diarias, familiares,
personales, laborales, económicas, sentimentales o espirituales. Y por medio de
esto Dios prueba nuestra fe y la mejora. Y cuando superamos la prueba nos damos
cuenta que crecimos, que maduramos (Stg.1:2-3).
...Piénsalo.
¿Puedes identificar algunos de estos tratos de Dios en tu vida?
¿Qué piensas que Dios quiere mejorar o corregir en tu vida?
Por Edgardo Tosoni, Aliento
Diario Compartido por Wilda Gómez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario