…y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. Y esa esperanza no acabará en
desilusión. Pues sabemos con cuanta
ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro
corazón con su amor.
Romanos
5:4-5
Disfrutar del amor de nuestra
familia es tan revitalizador. Amar y ser
amados por nuestros amigos es siempre
una experiencia de vida tan satisfactoria. Disfrutar de la hermandad en la
comunidad de fe es alentador. Y…… ¡estar enamorados es tan maravilloso! El amor
es capaz de producir estos sentimientos tan particulares y volcar nuestra vida en solo minutos. Las experiencias de amor se imprimen en
nuestra vida como una marca realizada por el cincel del artista. Estas marcas pueden ser una obra de arte o
una especie de cicatriz. Así que también
es cierto que muchas personas andan desilusionadas a causa de un
amor. Viven desilusionados.
Pero el amor de Dios y la ternura
con la cual él nos ama han sido derramados en nuestros corazones, en nuestra
alma y en nuestro espíritu. Esto es así
para hacernos capaces de recibir y de dar amor.
Por eso es que podemos aceptar su amor.
Es propio aquí recordar que nosotros no podíamos salvarnos por nuestra
propia cuenta. No éramos capaces de
salvarnos a nosotros mismos y entonces Dios nos entregó a su hijo para que
tomara nuestro lugar en el decreto de muerte.
Eso sucedió solo por amor. Y al
poder recibir su amor, entonces estamos seguros de nuestra salvación. La esperanza de nuestra salvación se
fortalece a causa de su amor. Y eso
nunca nos desilusionará, jamás. Algunos
amores podrán dejar cicatrices y desilusión.
Pero el amor de Dios jamás resultará en un fracaso para nosotros. ¡Qué grande, maravilloso e inexplicable es su
amor!
Miriam E. Figueroa, Pastora
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